Cuántas veces habrás repasado los párrafos de la Biblia, ahí radica su energía.
Un buen regalo, un cuadernillo de pupiletras, en el centro de un ramo de flores.
Y que percibas tras el cristal de tu ventana, que tu jardín se convirtió en una arboleda de aguajales y palmeras con alegres maquisapas acrobáticos, y en la superficie, ondulando el Amazonas.
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