- Don Ernesto abrió la puerta al primer toque del cobrador. No tiene para pagar toda la deuda, pero le dio un adelanto.
- La profe en el Instituo Tecnológico postergó la entrega de la monografía. Los alumnos explotaron de alegría.
- El señor Roberto lavó voluntariamente los platos después del almuerzo, y al terminar dio un besito a la esposa. "Cariño, has cocinado de lo más divino".
- Los patas y las chicas de la esquina, en la alegría generalizada, salieron con el auto del tío. Zigzagueron por la avenida Universitaria. Un viejito los detiene. "Oye tío ¿qué infracción hemos cometido? Él responde: "¿Cuál tío,? Yo soy San Pedro".
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