El padre Martín, según los medios de comunicación, ha sido expulsado de la iglesia católica. Hay otras fuentes, que dicen que el Arzobispado solo le inhabilitó para ejercer el sacerdocio.
Al fin, Dios perdona el pecado, pero no el escándalo.
Similar actitud en supervisar la decencia de los religiosos, deberían imitar los líderes iglesias evangelicas organizadas. Y en las mega iglesias independientes, son los mismos miembros que deberían "elevar" su voz, sobre todo en el asunto de las finanzas.