El sábado 28 de enero, 27 varones que estaban "encarcelados" en un centro de rehabilitación de SJL murieron asfixiados y carbonizados.
Ambos decesos, entristecen al Perú.
En el segundo caso, algunos y por cierto pocos, ingresaron al Centro con el deseo de dejar la adicción a las drogas. Otros, estaban en contra de su voluntad. Las informaciones últimas apuntan que un joven que mostraba gran desagrado por haber sido llevado a la fuerza, sería el que provocó el incendio.
Y como decía el recordado periodista Ramirez Lazo "¡Nos preocupa!" ...y me enardece la gran informalidad con que operan estos centrillos.
Así como a los colegios particulares y farmacias tienen que ser regentados por titulados en educación y química, respectivamente, las casas de rehabilitación deben ser dirigidos por profesionales en carreras afines: medicina, psicología, sociología, teología. No basta con ser un ex adicto y ser conocedor de algunas frases de la Biblia y canciones cristianas, para atribuirse la solvencia de acoger gente adicta.
Pero si el complemento de la fe en Cristo ayuda en la rehabilitación, puedo recomendar el Ministerio Remar, ubicado en Prolongación La Mar en la Victoria. Tres veces acudí a su salón de actos, y vi los espectáculos artísticos y bíblicos, que son escenificados por los jóvenes que entraron en el programa.
Hay que reinsertar al adicto en el camino. Hay que decir adios a los centros informales.
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