grafismo creativo

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miércoles, 1 de junio de 2011

Hijo de Yungay

Llegar al callejón de Huaylas es la opción turística más viable y diversa desde Lima. La mitad de la ruta es por la Panamericana Norte hasta Paramonga, de ahí, un "derechón" hasta Conococha. Y este trayecto casi ni se siente la subida a los andes, tampoco hay los zizageos de curvas por la cordillera. El trayecto siguiente es llano y rectilíneo por el valle del rio Santa.
La principal ciudad y al centro del camino es Huaraz, capital con mística y colorido. Sus pueblos aledaños se perfilan bajo el amparo de la cordillera Negra y la cordillera Blanca. Esta última, por causa del calentamiento global, cambiará de nombre por "Cordillera Negri Blanca" (también el Pastoruri está agonizando). 
La zona tiene los restos de la cultura Chavín, que por muchos años gozaba el privilegio de ser la más antigua (Caral la nockeó). Al centro del callejón reposa majestuoso el nevado Huascarán. Y tramo impostergable, es visitar el campo santo de Yungay, una de las ciudades que fue completamente arrasada por el alud que se desprendió del nevado, y que fue provocado por el terremoto de 1970.
Huallanca es un pueblo ilustre y desconocido. Ilustre porque ahi está la Hidroeléctrica de Cañón del Pato (garganta donde la ambas cordilleras casi se dan un beso, y no se si tiene el parecido de un pato). Y Huallanca es desconocido, porque su queso debería estar en los certamenes gastronómicos internacionales donde participa Gastón Acurio.
La ciudad también fue arrasada en el terremoto del 70. Miles desaparecieron y miles de damnificados llegaron a Lima. A uno de ellos lo conocí, ya había pasado ocho años del fatídico desastre en la que perdío su casa, y a Dios gracias, ninguno de sus familiares cercanos. Este amigo, a los 18 años ya estaba estudiando ingeniería electrónica. Tuve muchos momentos en la cual compartimos alegrías, tristezas y confidencias. Valiéndonos en que nuestras casas estaban distantes sólo de dos cuadras.
El tiempo ya pasó, y quien sabe, si él viene a mí o yo voy a él, se tendría que invertir dos días de viaje en avión. Mi amigo y la familia que él formó, está en un país de medio oriente. Y su decisión de estar allá, goza de mi admiración, porque fue contra viento y marea, y logró el sueño de convertirse en un misionero del evangelio.

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