Después de la congestión que provocó el secuestrador de Gamarra, sería una idea acertada que todas las construcciones de vías que se están haciendo en Lima, se detengan y se reabra el tránsito vehicular durante la ultima quincena del mes.
La verdad, no hay que ser profeta, para anticipar el terrible atolladero vehicular, y a este paso, creo que hasta el niñito Jesús, llegará retrasado a la Nochebuena
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